Regresando de Navidad, encontré en mi correo este poema de e.e. cummings y no sé por qué me dio por traducirlo. Es un poema ingenuo desde el punto de vista de un niño, tal vez alguna melancolía por esta ingenuidad infantil. Y tal vez también un impulso de trabajar con el ritmo y el metro.
arbolito
sereno arbolito de navidad
eres tan pequeño que
eres como una flor
quien te encontró en medio el bosque
¿y te pusiste triste al partir?
mira yo te consolaré
porque hueles tan dulce
y besaré tu corteza fresca
y te abrazaré muy fuerte
como si fuera tu madre
pero no tengas miedo.
mira las lentejuelas
que duermen todo el año en una caja
soñando con salir y poder brillar,
las esferas las cadenas rojas y doradas el hilo esponjoso,
levanta tus bracitos
para sostenerlos y te daré todo esto
todos los dedos tendrán su anillo
y no quedará ni un rincón triste y oscuro
luego cuando estén bien vestido
te pararás en la ventana para que todos te vean
y ¡cómo te mirarán!
ay estarás tan orgulloso
y mi hermanita y yo nos tomaremos de las manos
y mirando a nuestro hermoso árbol
bailaremos y cantaremos
“Navidad Navidad”